A pesar de la celebración social que se realizo en Bolivia, por la puesta en vigencia de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (Ley 348 del 9 de Marzo de 2013) en la actualidad hace poco más de tres años, pocos intentos se hicieron para que se respete y se cumpla a cabalidad la mencionada norma jurídica.
También existe la Ley Nº 1674 del 15 de diciembre de 1995, “Ley Contra la Violencia en la Familia o Doméstica”, aprobada por el gobierno del ex presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada, pero ninguna de las dos leyes mencionadas han tenido la suficiente fortaleza para frenar las condiciones de violencia a las mujeres, que aún están sometidas porque muchos de estos casos no son denunciados, quedando impunes y a la libertad de que estos victimarios sean reincidentes violentos y atenten nuevamente contra la sociedad.
Según los Gobiernos Subnacionales, no cuentan con los recursos económicos suficientes para su implementación y aplicación de la Ley 348, debido a que el Gobierno Central redujo el presupuesto para la Gobernación y el Municipio de La Paz.
Si bien la mencionada Ley es una de las más avanzadas en la región, lo que busca hacer es reducir los casos de Violencia Contra Mujeres en el país, pero vemos día a día que no se aplica de esta manera. Lo que plantea esta norma jurídica, es la creación de varias instancias que en la actualidad no existen, entre ellas: la creación de fiscalías especializadas, creación de juzgados especializados, la adecuación del cambio de nombre de Brigada de Violencia Contra las Mujeres por la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV); sin embargo el presupuesto para la Policía no ha aumentado, ni tampoco aumentó la cantidad de efectivos que se le debería asignar a la institución del orden, no contando además, con los elementos logísticos (computadoras, teléfonos, material de escritorio en sus dependencias e incluso gasolina) para la atención a las mujeres víctimas de agresión.
Tras un largo recorrido normativo y de acciones de sensibilización sobre las consecuencias sociales de la violencia contra las mujeres porque subyacen preocupantes cifras sobre violencia de género, debido a que no son denunciadas por las víctimas, como tampoco por las personas de su entorno inmediato.
En criterio de las activistas feministas de la organización “Mujeres Creando”, Julieta Ojeda miembro de esta organización, señala que el asunto no es sólo un tema socio-legal, sino una lucha política e ideológica donde se plantea a las mujeres que hay otra forma de relacionarse con pareja, con la familia y la sociedad donde se consolide la intolerancia a la violencia desde las mujeres organizadas.
"Hay una violencia sistemática e histórica... de sometimiento y opresión hacia las mujeres"
"Esta ley no es efectiva y muchas veces lo están llevando al área penal...
porque las posterga, es un letargo y tiene sus falencias"
Si bien el Estado ha respondido desde una concepción legal, es insuficiente debido a que ha generado la arremetida machista de violencia ideológica y sistemática, el contexto legal no necesariamente es una garantía, factores como los burocráticos procedimientos que demandan dinero y tiempo ante otras prioridades, influyen en la decisión de denunciar o no, sostiene Ojeda.
“Mujeres Creando” no escatima ninguna opción de autodefensa que permita enfrentar la violencia de género, es así que con mujeres en situación de violencia trabajan de manera multidisciplinaria a partir de la recuperación de autoestima, seguridad en sí misma, el llamar la atención de una persona próxima que pudiera auxiliarla o finalmente cómo huir.
El miedo y rechazo familiar, un monstruo de múltiples cabezas
Edith (nombre ficticio, para proteger su identidad) de 42 años, una mujer de la popular ladera Este paceña, madre de dos hijas estuvo al borde de morir ahorcada por su marido; una de muchas víctimas cuya situación suma en las cifras negras de la violencia contra las mujeres, porque no pudo denunciar.
Edith, al relatar que veinte años de matrimonio con un funcionario público de un Ministerio fueron un verdadero infierno por la violencia física, psicológica, emocional y la dependencia económica a la que estaba sometida.
"Cuando mis hijos eran jóvenes solos íbamos a la fiesta y me decía:
corre te voy a matar... escapate y me corria con tacos por la avenida"
"... mi mamá sabe lo que hace, tal vez por mi se quedada,
pero yo a ti jamás te voy a tocar"
Contrajo matrimonio muy joven, resignando sus planes de hacer un puesto de venta en la calle Tiquina del centro paceño, “…como toda mujer joven con la ilusión de hacer mi hogar. Lo conocía desde el colegio, era el mejor alumno. Cuando nos casamos me dijo que él se haría cargo de la familia, no quería que trabaje ni que estudie, para el yo tenía que ser ama de casa y no salir a la calle. Tuve mi primera hijita”, recuerda al señalar que la madre de su esposo tenia el mismo parecer.
Al compartir la misma vivienda familiar, muy pronto se daría cuenta que su esposo “... quería hacer lo mismo que su papá, decir que él es macho, el que trae el dinero a la casa y el que nos mantiene. Como mujer tenía que estar sometida a lo que ordenaba. Como su papá que también le pegaba feo a su mamá”.
En este círculo de violencia, las necesidades económicas ya no serían preocupación de su marido, sino de ella misma por lo que tuvo que aprender oficios de electricista, plomería y costura para los arreglos de su casa y para conseguir sus propios ingresos. Estas acciones le ocasionarían mayor violencia intrafamiliar, siendo su suegra quien le enseñaría recetas caseras para esconder sus hematomas, generalmente en su rostro.
El extremo de la violencia en presencia de sus dos niñas, la impulsó a buscar ayuda de la Policía, pero recibe por respuesta “no hay guardia en este momento, busca uno de servicio en la calle y págale para que te acompañe”, ve diluida su esperanza de salir la violencia que le rodea. “las mujeres antes no conocíamos nada de estas instituciones, recién me he enterado. No había como ahora las leyes y si había no sabía”, agrega.
Las cifras negras de la violencia contra las mujeres
Un sondeo de opinión efectuado en la ciudad de La Paz, acerca de la subyacente situación de violencia contra las mujeres, casos que no son denunciados o reportados ante las autoridades pertinentes muestra los siguientes datos:
Fuente: Elaboración propia
De las mujeres consultadas 85% conoce algún hecho de violencia contra otra mujer que no ha sido denunciado. De éstos casos el 38% es por temor al victimario/a y el 24% por desconfianza en las instituciones.13% señala que es falta de recursos y un 14% por prestigio familiar, el 11% responde a diversas causas, entre éstas la falta de información.
Los hechos de agresiones, en todas sus manifestaciones, contra las mujeres en 79% son cometidos por varones y 21% por mujeres. El promedio de edad de mujeres agredidas oscila entre 25 y 40 años, el 67% de este rango es agredido, mientras que el 33% incluye a niños/as, adolescentes y adultas mayores.
La razón por la que las mujeres víctimas no denuncian hechos de violencia en su contra de debe al miedo a mayor violencia, siendo el 54% agresiones físicas y el 46% psicológicas, física y sexuales, toda vez que el 57% de estos casos ocurren en el entorno familiar.
Otra razón es el temor por la pérdida del empleo, toda vez que el 10% de la violencia psicológica contra las mujeres ocurren en el ámbito laboral, tanto público como privado.
Otra razón por la que muchas mujeres no denuncian su condición de violencia refiere la desconfianza y corrupción en las autoridades policiales 38%, la falta de capacidad en instituciones de servicio social 27% y burocracia, desinterés, falta de condiciones, desinformación suman 35%.
Vivir en armonía no se logra por arte de magia
Las denuncias por hechos de violencia efectuadas ante la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCCV) de la Policía Boliviana, son remitidas al Ministerio Público, siendo el Fiscal la autoridad competente para establecer si la persona agresora debe ser, o no, imputada formalmente.
Esta repartición policial no cuenta con un registro estadístico de referencia acerca del número y tipología de denuncias por hechos de violencia contra las mujeres que diariamente se reporta a esta instancia. Como tampoco existe seguimiento sobre el desenlace de cada denuncia.
En este contexto Mónica Novillo Secretaria Ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer coincide en señalar que si bien existen normas jurídicas que protegen a las mujeres, el ámbito operativo aun es deficiente, ya que sus operadores: del Sistema Judicial, FELCV, Gobernaciones y Municipios no cuentan con los recursos necesarios tanto económicos, logísticos y de recursos humanos debidamente capacitados.
"Las mujeres que están en caso de situación de violencia... dudan sobre sus decisiones"
"Hay violencia en el noviazgo, hay chicas jóvenes que ya están confrontando violencia
antes de haberse casado"
“Vivir en armonía en una relación no se logra por arte de magia”, señala un tríptico de la FELCCV para su distribución masiva, en el que también reitera la necesidad de fortalecer la comunicación, respeto de la vida en pareja.
Prevenir y Sensibilizar, la meta a corto plazo
La compleja realidad de la violencia contra las mujeres en nuestro contexto, plantea la imperiosa necesidad de trabajar desde el ámbito preventivo en los niveles de educación integral, destinando los suficientes recursos económicos-administrativos para suplir las deficiencias de infraestructura y equipamiento, así como una adecuada capacitación de recursos humanos a cargo del tratamiento de casos de violencia en todas sus formas.
Así mismo se debe incidir en los procesos de información y sensibilización de la colectividad para permitir entablar relaciones de mutuo respeto con el objetivo de disminuir y eliminar los índices de violencia hacia las mujeres.
Es importante mencionar que ninguna de las organizaciones de mujeres esta de acuerdo con la conciliación por temor a la reincidencia ya que muchas mujeres no denuncian las situaciones de violencia. Por el contrario sugieren que se debe desarrollar otro tipo de mecanismo que permita resolver la problemática de la violencia pero que no se de vía libre a la conciliación porque de esta manera la victima se expone a situaciones de mayor violencia.
Hechos de violencia en sus múltiples formas y niveles como el relatado por Edith, víctima de sistemática
vulneración de sus derechos, requieren ser abordados en un ámbito de la justicia desde una perspectiva social reintegradora y restauradora
del comportamiento colectivo. En este sentido, el concepto de relación de pareja y familia
pareciera ser el eslabón más débil de la cadena.
DRAMATIZACIÓN DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR
Trabajo Realizado para el Diplomado "Derechos Humanos y Justicia Restaurativa en el Ejercicio Periodístico"
Lic. Marianela Mercado Numbela
Lic. Clelia Margarita Choque Jallaza
Lic. Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta
Lic. Krsna Jesús Cáceres Morón de los Robles
Mayo de 2016
Mayo de 2016